Pinada, veranos de piscina y diseño.
Soy una casa en La Cañada y guardo en mis muros la esencia de otra época. Nací en los años 70, cuando la vida se construía con calma y con materiales nobles: piedra, ladrillo y madera. Desde entonces he visto crecer familias, he escuchado risas en mis estancias y he sido testigo de veranos interminables bajo mi gran pinada.
Me extiendo en más de 1.000 m² de parcela, un espacio generoso donde la naturaleza y la tranquilidad conviven contigo. En mis 150 m² de construcción encontrarás tres habitaciones acogedoras, dos baños llenos de historia, una cocina luminosa que invita a compartir recetas y un salón inmenso con chimenea, donde las conversaciones se alargan y el tiempo parece detenerse.
Fuera, te espera mi piscina, lista para regalarte veranos de ensueño, tardes de juegos, chapuzones y momentos únicos. Y siempre bajo la sombra amable de mis pinos, que envuelven el aire en frescura y calma.
Tengo también garaje y climatización central, porque aunque soy fiel a mi origen, sé adaptarme a tus necesidades.
Eso sí, a pesar de toda mi belleza y carácter, es importante una rehabilitación: el paso del tiempo me pide nuevos cuidados para convertirme en la casa de tus sueños.
Yo ya estoy preparada…¿y tú?
Algunas fotos han sido retocadas y tratadas para que puedas visualizar perfectamente los espacios. Llámanos o escríbenos para hacer una visita y conocer esta preciosa casa con pinada de primera mano.
Soy una casa en La Cañada y guardo en mis muros la esencia de otra época. Nací en los años 70, cuando la vida se construía con calma y con materiales nobles: piedra, ladrillo y madera. Desde entonces he visto crecer familias, he escuchado risas en mis estancias y he sido testigo de veranos interminables bajo mi gran pinada.
Me extiendo en más de 1.000 m² de parcela, un espacio generoso donde la naturaleza y la tranquilidad conviven contigo. En mis 150 m² de construcción encontrarás tres habitaciones acogedoras, dos baños llenos de historia, una cocina luminosa que invita a compartir recetas y un salón inmenso con chimenea, donde las conversaciones se alargan y el tiempo parece detenerse.
Fuera, te espera mi piscina, lista para regalarte veranos de ensueño, tardes de juegos, chapuzones y momentos únicos. Y siempre bajo la sombra amable de mis pinos, que envuelven el aire en frescura y calma.
Tengo también garaje y climatización central, porque aunque soy fiel a mi origen, sé adaptarme a tus necesidades.
Eso sí, a pesar de toda mi belleza y carácter, es importante una rehabilitación: el paso del tiempo me pide nuevos cuidados para convertirme en la casa de tus sueños.
Yo ya estoy preparada…¿y tú?
Algunas fotos han sido retocadas y tratadas para que puedas visualizar perfectamente los espacios. Llámanos o escríbenos para hacer una visita y conocer esta preciosa casa con pinada de primera mano.